La pintura se ha convertido en un medio de escape, es la forma que tengo para encontrarME, lo considero una forma de meditar, tanto que tengo un pequeño espacio en el barrio de la Estrella de Zaragoza. En la búsqueda de mi estilo he pasado horas con la acuarela, la tinta china y en los últimos años he virado del óleo al acrílico. Pero soy feliz con un lápiz dibujando el día a día. Soy de creación pausada, meditada, pero siempre con el corazón en las manos.
Cuando cierro los ojos, justo antes de dormirme suelen aparecerse ante mí imágenes increíbles, mezclada imaginación y realidad. Me encantaría poder guardar todas esas apariciones para luego pintarlas o plasmarlas en un papel. Este es el superpoder que me gustaría tener. Me inspira todo lo que me rodea, leo o veo, pero, sobre todo, lo que siento. Me gusta plasmar los sentimientos, míos o de otros, eso es lo que de verdad me inspira.